En las últimas semanas ha habido algunas noticias en la prensa sobre la progresión en fases clínicas de varios agentes potencialmente terapéuticos para tratar la enfermedad de Huntington. Estos avances continúan llamando la atención general y de los especialistas médicos, por el sencillo hecho de que este tipo de terapias nunca se han estudiado en el contexto de una enfermedad degenerativa del sistema nervioso.
En otras ocasiones he escrito ya sobre estas terapias, pero debido a los recientes avances, me decidí a escribir sobre los acontecimientos recientes, para que las personas interesadas puedan comprender algo más sobre lo que hemos de esperar de estos estudios. Creo que hay todavía entre muchas personas poco conocimiento sobre estas terapias, y sobre los estudios clínicos en vía experimental que se están describiendo en la prensa general y especializada. Con cierta frecuencia, recibo correos preguntándome cosas sobre estos estudios, e incluso solicitudes de ayuda para que personas con síntomas de la enfermedad puedan acceder a estos estudios, algo sobre lo cual puedo hacer poco. Me queda por tanto una cierta responsabilidad, como profesional de este campo, de explicar conceptos y ofrecer información sobre lo que está aconteciendo actualmente.
Lo primero que es importante recalcar es que hay varias terapias en fase experimental, con agentes muy distintos, los cuales tienen como objetivo común disminuir la producción de la proteína Huntingtina, proteína que causa la enfermedad de Huntington. Es importante entender, por el hecho de que los agentes experimentales tienen una composición muy distinta, detalles sobre este tipo de terapias potenciales, que marcan tanto la trayectoria de su desarrollo, como el tipo de estudios que se están planteando, así como su potencial aplicación clínica. Estas diferencias pueden marcar mucho no solo la eficacia clínica, que debo de insistir aún no está demostrada, sino también la accesibilidad de estas terapias a poblaciones vulnerables viviendo en condiciones de pobreza, comunidades que tienen un lugar especial en mi corazón.Las terapias más avanzadas, y sobre las cuales se ha escrito mucho recientemente, son unas terapias que utilizan ácidos nucleícos (ADN) como agentes terapéuticos. Esta clase de agentes se llaman ASOs en inglés, u oligonucleótidos antisense (o antisentido), puesto que son moléculas de ADN que se unen al ARN mensajero que codifica la proteína Huntingtina. Los genes son expresados como RNAs mensajeros, los cuales se convierten en proteínas, que tienen una cierta función celular. Cuando se genera un híbrido entre una molécula de RNA mensajero y una molécula de ADN, el sistema de vigilancia celular (que en este caso evoluciono contra el ataque de viruses), degrada este tipo de productos de ácidos nucleicos, que no se encuentran normalmente en células animales, a no ser que estas células sufran de una infección de ciertos viruses. Este fenómeno, que se estudió en un contexto de biología básica inicialmente, dio lugar al desarrollo de moléculas terapéuticas que degradan los ARN mensajeros de genes cuya expresión causa una enfermedad, como es en el caso del Huntington.
Un abrazo,
nacho